Islas Galápagos en busca de energías limpias
¿Podrá la venerada reserva natural ecuatoriana de Galápagos quebrar su peligrosa adicción al petróleo?
Por Stephen Leahy
TORONTO, 25 feb (Tierramérica).- Ecuador dio el primer paso para poner fin a la dependencia petrolera de las islas Galápagos, en el océano Pacífico, con la inauguración de un parque eólico de 10,8 millones de dólares en San Cristóbal.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa recorrió el parque al celebrarse el 18 de este mes el 500 aniversario del descubrimiento de las Galápagos, y propuso declararlas libres de combustibles fósiles para 2015.
Ubicado a mil kilómetros de la costa ecuatoriana, el archipiélago está compuesto por 17 islas pequeñas y 13 grandes. Tiene 30 mil habitantes y recibe más de 120 mil turistas por año. Casi todo llega del continente, inclusive las enormes cantidades de gasóleo para el transporte y la generación eléctrica. En 2001, un buque cisterna chocó contra un arrecife en San Cristóbal, una de las islas principales, y derramó unos 568 mil litros de combustible en el océano.
Afortunadamente, las corrientes se llevaron la contaminación mar adentro, salvando especies vegetales y animales que sólo existen allí.
Tras esa casi catástrofe ambiental, Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Rusia se asociaron a Ecuador, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y nueve de las mayores empresas eléctricas del mundo para construir el Proyecto Eólico San Cristóbal.
«Cincuenta por ciento de la energía de San Cristóbal ahora procede de las tres turbinas eólicas de 800 kilovatios» que comenzaron a funcionar en octubre, dijo a Tierramérica Jim Tolin, gerente del Proyecto.
El gasóleo suministra el resto de la electricidad a los seis mil 100 habitantes de la isla, explicó.
Casi la mitad de la inversión del proyecto fue suministrada por la empresa estadounidense American Electric Power, Ecuador aportó 3,2 millones de dólares y otro millón corrió por cuenta de diferentes entidades de Naciones Unidas. Los asociados establecieron un fideicomiso para ayudar a financiar la operación y el mantenimiento del parque.
El boom del turismo ha hecho de Galápagos uno de los sitios de mayor crecimiento económico en América Latina, pero amenaza su ambiente único, que permaneció aislado del resto del mundo por miles de años.
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